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La isla de Robinson Crusoe

La isla de Robinson Crusoe

Alegría Marineros!!

Zarpamos ya hace unas horas como 12 mas o menos no puedo decir otra cosa que esto es maravilloso, que necesitaba volver a ser el Capitán de mi vida y estar con mi Copérnico, realmente me doy cuenta de que es mi hogar y aquí me siento especial, sigo aprendiendo de él y se me da bastante bien escucharle, simplemente somos uno y estoy decidido a seguir navegándolo por el mundo…

La tripulación

Muy buenas a todos, después de esta declaración que no se por que me dio por hacerla… os cuento que esto va de maravilla, parece que al Copérnico el rumbo le da igual, él siempre quiere correr y navegar con suavidad, me gusta mucho navegar con este grupo, todos tienen ganas de aprender y Nacha tengo que decir que explica muy bien, me recuerda a Hernán pero la versión 2.0. Yo también aprendo mucho en esta travesía, en muchas ocasiones encuentro la explicación de lo que hacía, pero no tenía claro porque (bueno eso me lleva pasando toda la vida), con casi todo, los negocios, amigos, amores, navegar, montar en moto, se puede decir que soy el rey de hacerlo todo a ojo… je, je, También escribir, no tenía ni idea sobre que os escribiría hoy y mira la que os está cayendo…

Isla de Robinson Crusoe

La estancia en Isla Robinson Crusoe fue corta, de poco más de 24 horas, nos dio para descansar, visitar una lobera y todos los tripulantes se bañaron (yo tenía la excusa perfecta, el brazo biónico que llevo). Aprovechamos para recibir la visita del Hermano de la costa German (Orca), un tío estupendo que nos visitó 2 veces de lejos, las autoridades siempre están mirando… Nos regaló unos dulces, unas patatas, un cepillo de dientes (que no tenía) y lo más bonito de todo, la última edición de un trabajo hecho por un enamorado de la isla, Francisco Reyes que cuenta la historia de otro gran enamorado de la isla, Alejandro Selkirk, que no como yo, él sí pudo bajar a tierra y permaneció aquí 4 años y 4 meses.

Bueno como dice el hermano Germán Recabarren (Orca), la tercera será la vencida, gracias, leeré la historia de Alexander Selkirk y ya os la contaré a todos…

Problemas de comunicación

Durante la estancia en Robinson Crusoe he podido comunicarme un poco con el exterior, el internet era muy débil, pero de los mensajes que recibí, tengo que decir que hubo uno que me llegó al corazón, tu sabes cual, espero que nos veamos en agosto… me alegra que te sientas así y que avances y no te dejes oxidar, te admiro mucho, gracias por estar siempre ahí…

Cuando estás acostumbrado a que todo fluya y funcione, no te das cuenta del valor que tiene hasta que lo pierdes, hace años se enviaban cartas, después podías ir a una cabina a llamar y sonaba muy mal, llegó la digitalización y empezó todo a correr. Ya parece imposible que no puedas comunicarte por videoconferencia con los demás, creo que la navegación oceánica es uno de los últimos espacios en el mundo que todavía pueden estar separado de tanta tecnología de información y aun así os estoy escribiendo desde un ordenador conectado a un tlf satelital, donde puedo enviar y recibir correos, pero como no tiene velocidad en la transmisión de datos no puedo ver películas ni documentales…

Esto es el colmo!!! Voy de navegante sufridor y purista y lo único que me diferencia de la tecnología de la tierra es que aquí es más cara y no me lo puedo permitir…

Navegando

Volviendo a la estancia en Robinson Crusoe, mi compañera de navegación Nacha de «Casa Bote» entregó unas velas para una embarcación (creo que solo hay una embarcación a vela) en toda la isla pero creo que estas velas son para la segunda que están reconstruyendo… Por mi parte le regalé al Hermano Orca un par de cabos y zarpamos como un rayo hacia La Herradura.

Esta es una navegación de unas 450 millas, navegar desde Valdivia hasta el norte de Chile es muy agradable y el archipiélago Juan Fernández no podría estar mejor situado, navegas hasta él de aleta y después vuelves hasta el continente con una ceñida (no se puede tener todo). Se supone que en unos 2,5 días estaremos en el continente, vamos a recalar en isla Dama (llevamos 2 días intentando pedir los permisos) Chile me gusta mucho pero tengo que decir que aquí todo es difícil y está lleno de normas… pero tiene unas gentes y unos vinos maravillosos… 

Pues eso, que me enrollo como las persianas, navegamos muy bien de través, hacemos entre 7 y 9 nudos, nos quedaremos sin viento unas 75 millas antes de llegar a isla Dama donde esperamos poder bajar, por favor si algún alma caritativa pudiese ayudar con esta gestión, sería muy amable de verdad, que es frustrante navegar por las costas Chilenas y no poder visitarlas… 

De verdad que es frustrante sentirse vigilado constantemente…

Bueno a lo positivo!!!

En un par de días estaremos en La Herradura, volveremos a ver a nuestros amigos de allá, prepararemos el barco de nuevo y nos pegaremos 1650 millas hacia el calor, no sabéis las ganas que tengo de quejarme del calor que hace, llevo demasiado tiempo en el frío y la humedad. El Copérnico y yo estamos deseando secarnos y ponernos morenos… Quien se apunta…

Os Paso la posición por si algún día me dais una sorpresa y aparecéis por aquí

S 32.36.95
W 76.58.03
Rumbo 56
Velocidad 7.5
Temperatura, mejorando
Hora local 04:30 h
Estado de ánimo de la tripulación, muy bueno 

P.D. 

Noticia triste, al zarpar de Robinson Crusoe nos dieron aviso de estar pendiente de una embarcación de 9 metros roja con 4 tripulantes a bordo desaparecidos hace 28 días… que Dios les ayude…

 

Alegría Marineros!!!
Como me gusta soñar, navegar y viajar… Gracias por estar ahí.
Mi sueño es nuestro sueño, que no nos lo cuenten, venid y vivirlo.

No os olvidéis que la vida es una y de uno.

Todo se puede!

La isla de Robinson Crusoe

Dicen que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción. Sin embargo, en este caso, la ficción no se ha basado en una realidad, ya que esta ha ocurrido bastantes años antes. Estamos hablando de la novela de Robinson Crusoe, una historia de lo más conocida que ha traspasado fronteras y servido como base para una gran cantidad de material.

La novela de Robinson Crusoe se publicó en 1719 y, desde entonces, hemos podido leer un montón de nuevos relatos adaptados o películas de cine basadas en el famoso náufrago. Si eres ajeno a toda esta historia de Robinson Crusoe, te bastará con saber que fue un náufrago que tuvo que valerse por sí mismo en una isla desierta durante 28 años.

Lo que muchos no saben es que, años antes, una persona había sufrido un destino parecido al del archiconocido Robinson Crusoe. Estamos hablando de Alexander Selkir, un náufrago escocés que sirvió como inspiración a Daniel Defoe para la creación de su famosa novela.

robinson crusoe

La verdadera historia de la isla Robinson Crusoe

Las diferencias que existen entre la isla de la novela y la verdadera historia del náufrago son más que evidentes. Para empezar, la isla en la que se inspiró Defoe es una isla que se encuentra en el Caribe y no en el pacífico sur que es donde se encuentra la isla de verdad.

La verdadera isla se encuentra en un pequeño archipiélago al lado de Chile, concretamente, a unos 670 kilómetros. Se trata del archipiélago de Juan Fernández y la isla en la que estuvo viviendo Selkir se la puso de nombre Robinson Crusoe en honor al popular náufrago de la novela.

A modo de curiosidad, años más tarde se llevaría a cabo una expedición en la isla en donde se encontraron en medio de la selva algunos de los utensilios que el propio Selkir utilizó para lograr su supervivencia.

En este caso, más allá de un naufragio, los hechos que dieron lugar para que el propio Alexander se quedara en la isla es que su nave se pretendía reparar en aquellas islas, por lo menos, eso pensaba el bueno de Alexander.

El propio Alexander tuvo discrepancias con el capitán del barco que le invitaban a pensar que la nave no se encontraba en perfectas condiciones para su regreso al mar. El propio Alexander pensó que alguien más se querría quedar en la isla al creer que el barco no se encontraba en buen estado. Por supuesto, esto no llegó a ocurrir jamás.

El capitán del barco, Thomas Stradling pensó que la mejor forma de zanjar la discusión era dejar en tierra a Alexander Selkir. Con esto acababa toda la controversia surgida a propósito de si el barco necesitaba reparación alguna o no, el resto, es historia.

Quién fue Alexander Selkir

Alexander Selkir fue ese marino abandonado que sirvió de inspiración a Defoe para convertirlo en su Robinson Crusoe particular. Selkir fue abandonado en la isla junto con un mosquete, una biblia, un hacha, un cuchillo, algo de ropa, mantas, tabaco y poco más de comida.

Durante los primeros días en los que Selkir estuvo en la isla se dedicó a vagar por esta con el propósito de encontrar algún barco que pudiera rescatarlo. Por supuesto, eso no pasó y la idea del suicidio empezó a sacudir su imaginación. Afortunadamente descartó la idea y se centró en sobrevivir y, vaya si lo hizo.

A pesar de que había naturaleza en esta isla del océano pacífico, se trataba de un territorio bastante inhóspito. Debido a esto, Alexander Selkir tuvo que basar su dieta en la pesca. Peces, crustáceos… aprovechó nabos salvajes y frutos secos que había en la isla y, además, tuvo la suerte de encontrar cabras salvajes que le dieron leche y carne.

Con el paso del tiempo se fue acomodando en la isla y, fruto de la necesidad, acabó construyendo dos chozas con los materiales que en ella encontró. A diferencia de la novela Robinson en donde en la isla había caníbales, aquí los únicos enemigos con los que tenía que lidiar fueron las ratas. Algunos marineros españoles también atracaron en la isla, pero Alexander Selkir era un corsario británico, por lo que no dio señales de vida a estos y no fue apresado.

La historia llegaría a su final el 2 de febrero de 1709. En esa fecha, llegaría a la isla el Duke, un barco corsario capitaneado por William Dampier. Estos corsarios contaron con la ayuda de Selkir quién los ayudaría a cazar cabras salvajes y así obtener el sustento que necesitaba su tripulación para sobrevivir.

Fueron estos marineros los que, en agradecimiento, rescataron a Selkir de la isla quien en su regreso a Inglaterra se convertiría en toda una celebridad. Selkir acabó sus últimos días contrayendo la fiebre amarilla acabando con su vida en 1721.

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Un comentario

  1. Hermosas palabras hermano querido… Espero poder estar esperándote en La Herradura…si no puedo Mi Corazón estará con ustedes…y espero llegar a Ecuador.
    Viento a todo el largo, besos y abrazos.

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