Hoy navegamos hacia el estrecho de Magallanes!
Estamos a punto de entrar en el mítico estrecho de Magallanes… esto siempre ilusiona, por aquí pasaron Magallanes y El Cano que dieron la primera vuelta al mundo y con ello empezó la globalización… No sé si decir que fue bueno o no, pero sucedió y tarde o temprano esto era imparable.
Nuestro plan era salir desde aquí al Pacífico, pero la vida y la meteo es como es… Acabamos de ver la meteo Nicolas y yo en el windy y tenemos rachas de más de 50 nudos… La verdad es que quería salir a hacer Hornos por fuera y sabíamos que no es fácil, pero salir a la guerra… sin tener enemigo es absurdo, así que hemos decidido seguir por el estrecho de Magallanes y entrar por el Canal San Pedro, mi canal 9 hacia el Beagle.
Hoy fue un día maravilloso, casi todo el día navegamos a vela por los canales, con delfines, viendo cascadas y con algunas rachas importantes. En los canales el viento se entuba y no puedes distraerte.
Esta zona del mundo, no me cansaré de decirlo, es MARAVILLOSA y está por descubrir…
La tripulación está muy contenta, yo también, todos cumplen con su cometido, se puede decir que somos una gran tripulación…
Hoy no puedo daros la posición pues estoy en la cama y casi me estoy durmiendo…
Al final voy en navidades a España, así que tenemos que organizar algo para vernos… qué os parece?
Alegría Marineros
Hoy sí que tengo sueño… je,je,je.
Os dejo unas palabras de Íñigo uno de estos increíbles tripulantes que me acompañan en esta singladura hacia Cabo de Hornos
Las reflexiones de Iñigo
Se deja de escuchar un ruido, algo cotidiano desaparece. Algunos tripulantes atentos subieron a cubierta, otros ya estaban ahí, el resto dormía. Ese sonido tan familiar sin aviso alguno se detuvo, más el imponente galeón siguió desplazándose. Por la popa «El Doblón» recibía una suave ventisca, apenas suficiente para mantener sus velas infladas, pero no así, impidiéndole seguir su rumbo. A medida que el día maduraba el viento se apoderaba, el silencio reinaba y la tripulación gozaba.
Unos leían, otros con sus ojos y colmillos en las velas buscan en que ayudar, el resto dormía, comía o solo disfrutaban del paisaje, la lluvia y del coqueteo entre las aguas y el casco.
Acompañados de arcoiris, montañas nevadas, delfines australes, cascadas, un foque y dos entre palos, llegamos al fin de un increíble día de navegación, a pura vela, por los canales del fin del mundo. Pero no hay motivo por el cual entristecerse, ya que mañana será otro día asombroso a bordo del Doblón, listos para contemplar y sentir nuevos paisajes y vientos reservados para quienes los buscan.
Me despido con un saludo a mi hermano Luís, a mis Papás y hermanas, a mi amiga Sofía y a todo el que lea este microcuento-bitácora.
Que tengan una buena noche y una vida de aventuras.
Iñigo Correa.
Alegría Marineros!!